jueves, 12 de noviembre de 2015

POR CADA ESPIGA QUE ARRANQUEN


Recia el viento que dobla
la espiga en el campo
palestino; guadaña cruel
y hoces de espinas,
quieren segar a tus hijos
que torturan y aniquilan.
Por cada espiga que arranquen,
miles lloran su vida.
Poderes del mundo en su falsa
muelen el trigo de su ira,
han creado una franja en barbecho,
quieren quemar esa tierra y sus espigas.
El diezmo está cobrado,
lúgubre precio bajo la piel del mundo,
los intereses arrasan sobre la sangre hervida.
Por cada espiga que arranquen,
miles gritaremos, PALESTINA.



Publicado por Miguel Ángel Cañada en Palestina Poemas III, Biblioteca de las Grandes Naciones (2014)